martes, 8 de julio de 2008

Cómo Aprendí a Esquiar en Pinamar

Recién volví de Merrell Adventure Race en Pinamar. El recorrido era un tramo de 27 kilómetros por la playa, por los bosques, luego sobre algunos médanos gigantes (y estoy hablando de “gigante”) y por un campo de golf. Te lo digo ya: estuvo buenísimo.

Todavía estoy en shock de haber corrido esta carrera por un par de razones. Una, porque fue una de las más duras carreras que he corrido – quizás la más dura – y eso que hace 15 años que corro. La llamaría extremadamente exigente. No sólo tiene los médanos gigantes que ya mencioné, sino que el 95% de ella es sobre arena. Pero a la vez, era uno de los más lindos recorridos que he visto en una carrera. Impresionante…absolutamente divino…como si fuera una película.

Dejame contarte todo sobre ella.

Llegué a Pinamar poco después de las 12 del sábado, el día antes de la carrera, justo a tiempo para encontrarme con algunos amigos para almorzar y después ir a la expo de la carrera para retirar nuestros chips de timing. Después de obtener todo lo que necesitábamos y revisar todas las cosas “cool” que tenían, volvimos a la casa que alquilábamos para descansar antes de salir a cenar afuera.

Esa noche alrededor de 10 amigos corredores comimos en un restaurante local. Como estaba escuchando contar sus experiencias a los que ya habían corrido la carrera, empecé a ponerme un poco nerviosa. Me di cuenta que no estaba lo suficientemente preparada. Yo nunca entreno sobre cuestas – de verdad, nunca – y supe que al día siguiente me esperaban médanos muy altos. Además, me di cuenta que no sabía mucho sobre el recorrido de la carrera. Después de hablar con un par de amigos corredores y garabatear algunas notas como estrategia para la carrera en una hoja de papel, gracias a Dios, empecé a sentirme mejor.

La mañana de la carrera llegó y nos dirigimos al lugar con tiempo de sobra para desayunar. Un poco después, vinieron más amigos corredores y todos juntos entramos en calor y nos acercamos a la largada.

Hacía 5 días que no corría, así que cuando la carrera finalmente empezó, sentí una sensación de alivio: aquello que había esperado tanto finalmente había llegado. No sé si alguna de ustedes puede relatar sobre esto, pero fue una sensación fabulosa.

La primera parte de la carrera era aproximadamente 5k por la playa. Ahí fue cuando empecé a notar cuán lindo era el recorrido. Como estaba corriendo, miré hacia delante para ver el sol enfrente de mí. En una larga cola zigzagueante junto a la orilla del mar, tratando de hallar el mejor camino en el que ubicarse, pude ver los perfiles de los corredores que iban corriendo delante de mí, todos ellos con sus remeras rojas. Cuando el agua subía, los corredores de ese lado de la fila se movían rápidamente en dirección opuesta al agua (a veces saltando) para no mojarse los pies. En serio, era una escena de película.

El próximo tramo era por un bosque. De nuevo, era precioso. La tierra era un poco mejor para correr, pero en general estábamos todavía corriendo sobre la arena.

El siguiente tramo de la carrera creo que voy a recordarlo por el resto de mi vida. Corrimos tanto cuesta arriba algunos médanos – ¿tengo que decirlo de nuevo? “gigantes” – que en algunos de ellos tuve que parar y caminar.

Recuerdo uno en particular que para mí no era un médano: era una pendiente visto de frente, pero un acantilado hacia el lado de atrás. El “lado del acantilado” era tan empinado que no podía bajarlo corriendo. Si alguien me vio, probablemente debo haber parecido un dibujito animado cuando llegué a este lado del médano, porque creo que mis ojos se salían de sus órbitas de incredulidad. Después de decir un par de malas palabras, se me ocurrió esta brillante idea. Salté hacia delante y esquié el acantilado de arena con mis zapatillas haciendo de esquís. ¡Increíble! En serio, esta parte fue una aventura que nunca me voy a olvidar.

Durante la próxima parte corrimos por los bosques otra vez. Estaba un poquito preocupada de torcerme el tobillo porque estaba demasiado absorta mirando el paisaje alrededor mío. En el final de esta sección, había una pareja que estaba alentando a los corredores. Habían traído un par de parlantes y estaban pasando música a todo volumen. Me sentí muy agradecida de ellos porque me estaba sintiendo cansadísima en ese momento, así que les levanté mi puño en el aire y les grité “¡Gracias!” con una gran sonrisa y seguí a la próxima sección, que era por un campo de golf.

En este momento, no sabía en qué puesto estaba. Supuse que más o menos 4, pero era difícil saberlo porque había algunos equipos mixtos de mujeres y hombres que hacían la cosa más confusa. Durante esta sección de la carrera estaba corriendo sobre césped y empecé a pensar en alcanzar a algunas de las corredoras que estaban delante de mí.

Como entramos a la próxima sección por una calle (¡finalmente sobre el pavimento!), sabía que ya casi terminábamos y la última sección era por la playa, así que decidí acelerar el ritmo. En pocos minutos, tuve a la vista un par de corredoras, así que empecé a correr aun más rápido para alcanzarlas. Tengo mucha velocidad, así que sabía que podía hacerlo, pero estaba demasiado cansada y estaba respirando pesadamente y fuerte. Debo haber parecido una loca porque un par de corredores se dieron vuelta para averiguar quién era la fuente de semejante ruido. (-:

Como terminamos la parte final sobre el pavimento, al girar en la esquina hacia la playa alcancé a una corredora y luego, cuando estaba corriendo ya la playa, pasé a la otra.

¡Estaba tan contenta de ver la llegada, casi me pongo a llorar! Gracias a Dios, no hice eso, porque me hubiera dado vergüenza llegar llorisqueando. (Odio llorar en público. Tengo una cara muy fea cuando lloro.)

Terminé la carrera con un tiempo de 2:27:34, en segundo puesto para las damas en general.

Sentada ahora acá, comiendo chocolate, descansando (hoy no corrí) y escribiendo esto, pienso en qué es lo que me pone más orgullosa. No es mi tiempo, ni el puesto en que terminé, porque siempre trato de correr la carrera para mí misma, de desafiarme a mí misma.

Lo que me da más orgullo es sentir cómo conquisté a la bestia – la bestia de Merrell Adventure Race en Pinamar. Para ser más específica, conquisté a esos gigantes médanos de arena que me dieron terror cuando los vi. No sólo eso, sino que después pude terminar de correrlos (¡O esquiarlos!). Yo sé que esto puede ser sonar medio raro pero siento que mi autoestima es un poquito más alta después de haber podido hacer algo tan difícil. Esto usualmente no me había pasado después de una carrera. (-:

Siempre he dicho que soy sobre todo una corredora de calle y no una corredora de aventura, pero esta carrera fue espectacular y es algo que nunca olvidaré.

Hmmmmmmmmm.

Y como estoy pensando en ella un poquito más……

Puede ser que empiece a…..

¡planear mi entrenamiento para la próxima carrera!

Si tenés ganas, fijate mis fotos del finde.

Te mando besos,
Jenn

7 comentarios:

Anónimo dijo...

Felicitaciones Jennifer, venciste a la bestia!
Y felicitaciones por escribir de una manera tan poetica, senti ganas de salir a correr por la arena. Hermosa cronica.
Mis respetos, una gran atleta y con una gran dialectica. Despues de Garth Brooks, la texana mas respetada por este humilde porteño...
Saludos
Christian (cheff1)

HUGO DIAZ dijo...

felicitaciones jenifer una idola!!!!!

HUGO DIAZ dijo...

felicitaciones jennifer muy bien ,segui asi tenes que seguir corriendo carreras de aventura!!!!!.beso

HUGO DIAZ dijo...

grande jennifer .segui asi

Anónimo dijo...

Como siempre, muy linda crónica, FELICITACIONES!!! por la carrera y por tu segundo puesto!!!
Besos...

Gabriel Losa dijo...

¡¡¡Muchas felicitaciones, Jennifer!!!

Es envidiable lo bien que escribis en castellano. ¡Te felicito!

Y te felicito por la enorme carrera que hiciste en Pinamar. Por el puesto en el que llegaste y por haber podido "domar a la bestia".

Un beso grande

Polzúnkov
Holden
Gabriel...

Anónimo dijo...

Muy buena carrera ! Fue bueno también compartir unos dias en Pinamar contigo !! Ahhhh, MUERO por MORIR contigo ! ja !